viernes, 24 de febrero de 2012

LO QUE QUIERO AHORA...

“Lo que quiero ahora” Un texto de Ángeles Caso

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.

También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.

Y tú, ¿ya sabes lo que quieres?

3 comentarios:

  1. ¿Y tú. ya sabes lo que quieres? Menuda pregunta, todos nos creemos que sabemos lo que queremos hasta que tenemos de decirlo. Probarlo, estoy seguro que hoy diréis una cosa y mañana otra. ?¿Realmente qué queremos? Lo más importante es nuestra propia conciencia, convivimos personas con distintos niveles de conciencia, peo lo que yo espero es que poco a poco vayan aumentando las personas que se encuentran en niveles de conciencia superiores, de hecho, según el Budismo nuestras reencarnaciones suponen aumentar nuestra conciencia. Hay un cambio de era éste año que algunos científicos,también llamados locos para algunos, que pronostican un aumento de conciencia para los que estén preparados. Puede parecer ciencia ficción, pero ¿no lo es también la existencia de Dios, de Mahoma, de Vishni o de tantos profetas? Si queréis ver algo sobre éste tema os aconsejo ver algún vídeo de José Luis Parise, famoso psicólogo y estudioso de la mecánica cuántica. Cada uno puede pensar lo que quiera, para eso somos libres.

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    Respuestas
    1. Precioso escrito de Angeles Caso y además muy cierto en muchos aspectos.

      Que queremos? preguntas, pues yo quiero muy poca cosa o mucho según se mire. Muuuuuuuuucha salud para los míos y que en estos tiempos que nos ha tocado vivir de incertidumbre en muchos aspectos, que mis hijos tengan un buen futuro, que lo consigan a base de trabajo y esfuerzo para que puedan valorarlo, pero que puedan tener ilusión sabiendo que pueden conseguir lo que deseen sin pensar en la falta de trabajo, la dificultad de poder conseguir una vivienda digna, etc.

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    2. Tu opinión o respuesta dice mucho de tí, ¡no has pedido nada para tí! Creo que no tengo que decir nada más, desear que lo entiendan muchas personas

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